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Lucero del Alba

Yo

«Yo»

 

A ti hermano, si te puedo ayudar: Coge lo bueno de la vida, porque todo junto se nos da. Cada uno como mejor vea y pueda, tiene que escoger y separar, a veces lo veremos buenísimo, hemos de fijarnos un poquito más, hasta que el corazón nos lo diga y ese amigo nuestro que con cada uno está.
Si separamos las cosas. «El padre contento, siempre está».

Nosotros tenemos que elegir, tenemos que desbozar todos los mensajes que se nos dan, algunas veces parecen que sean mentiras, siendo todo realidad. Otras nos parece todo clarísimo, sin embargo están fuera de toda realidad.

nuestro yo

Si nos amamos y nos queremos, si somos humildes llenos de grandísima humanidad, si nos dicen que nos digan, a mi no me importa ya. A Jesús le dijeron más cosas, más El, los amaba muchísimo más, no pedía cosas malas, sino a esos seres, a esos espíritus encarnados que machacándole estaban.

Más Él les dio su alegre mirada y no los dejaba de perdonar diciéndoles: Que les perdonara ellos a Él. ¡Qué gran humanidad!, yo quiero solo un trocito, una migaja, una molécula, una simple sombra de tal dicha, porque yo digo tened calma, tened paciencia, tened amor, tened humanidad.

Yo diré mensajes muy pequeños, si conocido o no el es para mí, el no dice su nombre, el no deja de expresar, no hace falta que lo diga, no vale para «na».

Valen más las obras, los mensajes, a toda nuestra humanidad, seamos todos humanos, seres grandes, para nosotros, pequeño, ya que lo somos de verdad, pequeños como una pulga. Pero sin dejar de caminar, caminando, se va a un lado, a otro, a todos sitios ya, parados nos come la miseria, y muchísimas cosas más.

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