Despertar

Despertar.

Conmensurada y atrapada en un laberinto sin salida, respondió el alma, y al alba los vuelos fueron llevados, aclarados y comprobados bajo un suspiro de amor.

Atormentados muchos emprendieron el vuelo, ese vuelo sin retorno en un mañana, de un futuro, encarnecido de dolor y llanto, entre nubes de sueños fueron despertando a la vida, esa vida de amor que a sus brazos despertaba para ellos.

Eran sueños, pero reales, de un pasado hacia un futuro bien avenido y lleno de amor, fortuna y placer de vivir y amar entre tanta perdición. ¡Qué sueños! ¡Qué anhelos! Despertar otra vez hacia la felicidad ¡Que felicidad!

Bella y resplandeciente.

Palabras de amor una y otra vez en el vuelo se escuchaban, acompañadas de campanas esplendorosas con canticos de ensueño. ¡Que felicidad!

Suspiraba el alma, todas las almas, aquellas almas adormecidas y vueltas al resplandor de la vida, de muchas vidas llenas de misiones y oportunidades, dulces y amorosas, resplandecientes al amor, a la belleza.

Dormida el alma en un sueño de pureza despertó en aquel resplandor, allí fue inundada de amor, ese amor puro y lleno de bondad, una bondad sin igual pura y bella.

Hermanos del alma resplandece el amor a cada paso, a cada vida, regalando belleza por doquier y grandes esperanzas, ser fuente de amor, ser fuentes de luz, amar, crecer, ser felices.