Existe un lugar llamado mundo o como nosotros llamamos nuestro hogar, pues es la casa que nos acoge para poder evolucionar …
Este lugar llamado mundo, casa, hogar, tierra… Nos muestra lo pobres de corazón que somos, lo poco elevados que andamos, y todo lo egoísta que aún estamos, pues destruimos ilusiones y andamos pobres, muy pobres de la bondad del corazón de nuestro interior.
Los espíritus gritan con energía por la paz. La paz, esa que debe salir primero del interior para transformarla y darla al mundo entero a todos por igual. Solo amor por amor hacia todo ser encarnado o desencarnado ¡qué importa como es! ni que causa le trajo a este mundo que acoge a todos por igual, cada uno en su estado de evolución y pruebas a pasar.
El mundo, el hogar le da esa oportunidad, pero que mundo habéis construido y seguimos construyendo en donde la perfección esta constante y no logramos entre todos construir paz.
La paz es el alma poderosa de amor y comprensión, pues la sabiduría divina no permite otra manera de construir un mundo, una casa sin ella.
Para eso debería cambiar muchos patrones construidos hasta ahora, esos egoísmos arraigados en los espíritus que habitan esta tierra y en la que os da tantas oportunidades de cambio exterior e interior.
Luz poseéis cada uno, dejarla aflorar para que ilumine a los demás, ser pequeñas luces para poder guiar, construir pequeños puentes desde la oportunidad de cada uno y preparar la paz comenzando con la paz de vuestro interior.
Quedar en paz hermanos y lograr un mundo mejor.
Este mundo que estáis poder hacerlo mucho mejor y disfrutar de ese camino que os llevara a alcanzar la evolución de cada uno de vosotros.
Con amor y luz, la luz que guía los pasos de la humanidad.
6 – 3 – 2018
Templanza