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La paz interior

Mensaje recibido el día:

05-09-2012

La paz interior.

 

El corazón ama, el cerebro piensa, se os a dicho muchas veces, así es.

En este mundo poblado con inmensos espíritus, que adormecidos en sus tareas cotidianas no ven, ni perciben, mas allá que su propio egoísmo, entorno a sus propias preocupaciones sin ver mas allá de los limites.

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Toda una vida en plenitud ¿llena o vacía? Eso sería según su mirada de cada uno, pero dentro de su interior existen muy pocos que vivan en paz interior, ya que la mayoría solo buscan anhelos profundos pero vacios, porque apenas son dirigidos con esa parte pura que cada uno poseéis dentro de vuestro interior.

El pensamiento siempre actúa de defensa hacia su propio egoísmo. El corazón ama y va transformando todo en suave belleza.

Esa belleza extraída hacia fuera es la que debe de irradiar a todos por igual, nunca debe importar raza, color o religión.

Cada uno tiene su libre albedrio, pero el instinto de amar es la ley universal hacia todos por igual.

Vuestro crecimiento depende de esa gran medida, en donde descubráis esa forma de amar, esa paz interior que sentís cuando las cosas están bien hechas, cuando dais tanto de dentro hacia fuera, cuando sois capaces de amar en esa intensidad.

El sufrimiento es la incomprensión de todo lo que sucede a vuestro alrededor, ese dolor de injusticias basadas en tantos errores.

Nada podéis cambiar de los demás, pero mucho de uno mismo.

Ese es el crecimiento, esa es la lucha de vuestra evolución de cada uno. Ese comienzo hará crecer a toda la humanidad, pues como un reflejo de luz alumbra y da a los demás.

Siempre somos portadores de lo que verdaderamente sois. Comenzar a corregir todo lo que viene de vuestra mente, corregir con sabiduría y bondad, para que el brote de amor crezca y el egoísmo disminuya.

Todos estáis enlazados unos a otros, y en esa línea de unión hacer crecer la luz, para que de unos a otros valláis creciendo y desarrollando ese cambio interior que alumbra cada paso que deis.

Solo así se transforma el mundo.

Esos corazones endurecidos no decaer cuando los encontréis, recordar que cada uno ha ido pasando etapas.

Si os encontráis en ese despertar de conciencia alegraros, porque siempre eso será paz hacia vuestro interior, pero también hacia todos los demás.

Que esa luz que lleváis cada uno salga al exterior, trabajarla con amor, no guardarla y darla a cada uno de vuestros hermanos. No temáis pues cuando estéis fortalecidos en amor y desterrado el egoísmo no os harán daño.

Con todo el amor de este espíritu, que solo desea el bien hacia todos.

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