Tiempo de tristeza.
Tiempo de reflexión, días de poca luz, escasez, días más cortos. El otoño trae con él la tristeza, poco a poco se van acortando los días, los campos cambian sus colores vivos, por otros más apagados, con la caída de las hojas.
Las angustias de no querer perder el verano esos momentos, felices en compañía muy grata. Tiempo de cambio que no deseamos, pero tenemos que realizar, es tiempo de reflexión.
Como cambiar para preparar este nuevo año que se avecina. Debemos hacerlo con más fuerza de nuestro organismo y espiritualidad, que sin duda será la que sembrara la buena lógica y el amor necesario.
Dejar atrás sueños inacabados, sueños rotos, añoranzas de muchas cosas buenas, un sinfín de proyectos y hechos arropados con melancolía de nuestro ser.
Retraso del espíritu sin dudar, debemos acoger este aprendizaje y ponerle buen uso, para que en tiempos venideros sea más grato y nos sintamos seguros y sobre todo expuestos para un año mejor.
Llenos de energía, amor y sobre todo sueños nuevos de progreso, afinidad, desprendimiento y acogida a esa nueva luz…