Hay veces en las que tenemos un conflicto interno.
Deseamos permanecer en nuestra zona de confort, con nuestra rutina diaria. Pero, las dificultades de la vida, los nuevos retos, los llamamientos de ayuda al prójimo, nos hacen sentir que debemos tomar acción en algo. Aunque por otro lado, no queremos dejar la comodidad de nuestra rutina. Y en ese momento surge un conflicto interno entre lo que se debe o no se debe hacer…
Un conflicto que por un lado te hace sentir que deseas quedarte en la posición (o el sitio) en el que estas. Pero, al mismo tiempo, sientes la incomodidad de que lo que estás haciendo debería ser otra cosa (o actuar de otra manera).
Ante estos conflictos internos, la decisión es sencilla: “Haz siempre lo que te de paz”
Si al mantenerte en una situación determinada te vas a sentir intranquilo, entonces, esa no es la opción correcta. Toma tus decisiones con el planteamiento de cual entre todas las opciones te hará sentir paz.