Serenatas de luz.
Hoy en la noche escuche, con un suave tono, aquellas voces que a lo lejos iban y venían, el dulce canto de voces que llenaban mi alma de paz y llanto, a la vez de tanta felicidad. Sonaban y resonaban penetrando dentro del interior del alma.
Los espíritus bendecían tanta calma, y a lo lejos se escuchaba aquellos sonetos tan dulces y especiales. Estelas de luz iluminaban aquel recinto, y con fuerza y llanto en los ojos nos sentíamos felices, pues éramos transportados a lugares de mucha paz y armonía para nuestros espíritus.
La noche caía, y al despuntar el alba todo se respiraba en aquella calma. Salieron al encuentro de nuestra llegada, sonriendo como niños que con tanto amor nos cuidaban.
Aquella luz devolvía al espíritu toda esperanza, porque hechos estaban allí para y solo nuestras añoranzas. Que ocultas en nosotros formaban la luz oculta del dolor, solo y cuando alejábamos el amor retornaban a nosotros nuestras faltas, aquellas que hicimos sin apenas comprender lo incomprendido de nuestro propio egoísmo, eso que en la noche negra creemos ocultar y por miedos no nos deja avanzar.
Procurando andábamos de formar y crear pensamientos nobles para poder continuar, y aferrados a miedos, no dejaban de penetrar aquellas miradas del infinito, brotaban, era nuestra propia culpa la que nos envolvía. Pero los espíritus nobles y puros con su bondad infinita de corazón lograban sonar y envolver aquellas serenatas de luz para poder continuar la labor de cada uno, la labor de nuestras propias misiones, de nuestro propio conocimiento en el progreso del camino a seguir. Por eso toda esa fuente de sonidos en luz y amor envolvía nuestros sueños de espíritus en proceso de evolución.
Era algo tan especial, es algo tan especial, que de ahí sacamos las fuerzas para continuar este trabajo de allanar el camino de los errores ya cometidos, oportunidades benditas para nuestro adelanto, razones del ser poco comprendidas cuando el espíritu esta encarnado puesto que su envoltura no permite poder ver y sentir la realidad. Es el egoísmo y orgullo el cual lo atrapa tapando la realidad.
Hoy hermanos pongo en vosotros esta luz para vuestros espíritus, pongo rayos de esperanza para haceros sentir aquello que siempre esa ahí, y un día cuando vuestro corazón lo preparéis lo podréis sentir, en donde las palabras sobran pues no las hay las suficientes para expresar.
Coger este rayo de amor y luz, esperanza y caridad, para poder comprender la realidad de cada momento y de cada lugar. Los sonidos son bellos, esos que tantas veces sentís y no queréis reconocer.
Os dejo hermanos con mucha luz y paz, para continuar el progreso de la luz y amor en vosotros. Cuidar vuestra alma y cuidar la de vuestros hermanos.
Aquí y siempre hermanos de la Caridad. AMOR.
2 – 7 – 2015