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Espíritu errante

Mensaje recibido el día:

14-06-2010

Espíritu errante.



Cierto día llegando a una ciudad se vislumbró una claridad enorme, confundidos estábamos sin saber que ocurría, llegamos como grandes viajeros que regresan a su ciudad y con los brazos abiertos nos acogieron.

Todo era grandeza, llena de una inmensidad de paz y armonía, todo era tranquilidad, se respiraba tanta paz que nunca la habíamos sentido de esa forma, nos preguntábamos ¿dónde estábamos, de dónde veníamos, por donde habíamos llegado?

Estábamos muy confundidos, pero todas esas preguntas que invadían nuestro ser eran respondidas sin palabras, solo la inmensidad del sentimiento de paz que nos envolvía nos hacía sentirnos como nunca lo habíamos sentido antes, caminábamos hacia una luz inmensa como guiados por inercia sin saber por qué.

Poco a poco sentíamos como flotar nuestros cuerpos envueltos en tanto amor. Parecíamos hechizados dentro de un sueño, pero del cual no queríamos despertar.

No nos dábamos cuenta que era una realidad. Poco a poco nos fueron ayudando en nuestra nueva forma y nuestra nueva vida. La vida espiritual de la cual ya salimos un día para cumplir nuestras deudas y no recordábamos.

Esa sensación tan grande nos llenaba de tanta ternura… ese amor tan incondicional que nos daban… Nos hacía sentirnos como éramos, aún tan imperfectos, y no teníamos el valor de haberlo dado nosotros.

No sé porque, todos mis hermanos que llegamos a la vez nos sentíamos igual, poco a poco cada uno fue incorporándose en tareas diferentes, pues cada uno tenía que reparar y aprender de diferente manera.

Era un aprendizaje maravilloso, pero a veces nos sentíamos mal por nuestros errores ahí en la tierra, llevábamos grandes lagunas, que ignorantes de nosotros producimos día a día, todo eso era un desequilibrio en nuestro peri espíritu.

Éramos ayudados en cada momento con una paciencia admirable, lo que yo nunca había tenido ahí en la tierra.

Cuando estamos encarnados, caminamos con un orgullo llevado en los hombros creyéndonos grandes señores, poderosos de todo lo que hay a nuestro alrededor. ¡Qué confundidos estamos!.

Nos creemos tener todas nuestras razones, y orgullosos y envidiosos realizamos grandes errores, muchos atreves de nuestra gran ignorancia, creyéndonos que estamos en nuestra gran razón, y no queremos escuchar a nadie más, solo nuestro gran egoísmo puede con todo.

Que ignorantes que somos una y otra vez, cometemos los mismos errores.

Hermanos de la inmensidad de los tiempos recorriendo los grandes valles, lagunas y grandes vidas, convertidas en nada, todo se evapora, todo se pierde, solo una cosa envuelve al espíritu y permanece en el, son sus imperfecciones esas que no nos permite sacar a la luz la fuente viva del amor.

Dolorido estoy por tan grandes errores que cometí, pobre de mí e ignorante fui llevado solo por mi orgullo y egoísmo, aún tengo que reparar grandes cosas y desde aquí lucho por aprender para cuando este de nuevo en la tierra no las vuelva a cometer, grandes errores repito una y otra vez, grandes errores cometí.

Hoy solo deseo ayudar a mis hermanos para que puedan ver la luz que yo nunca quise ver, grandes errores cometí, que DIOS me perdone.

Hermanos que desde el otro lado nos escucháis venimos a ayudaros a reparar y que aprendáis, coger las oportunidades de la vida para hacer el bien, aprender a caminar bajo la luz del bien.

El Padre os cuida con gran amor, aprovechar cada minuto de paz y procurar vivir sin los egoísmos que invaden al hombre, todo lo terrenal se esfuma y evapora sin dejar rastro, nada nos pertenece, nuestro equipaje solo es el bien y el amor que puedas llevar.

Un saludo y gran amor os doy, y gracias por la oportunidad de haberos hablado. Grandes errores cometí hermanos. Procurar no cometerlos vosotros y caminar.

Os quiero. Que la paz permanezca en vosotros como yo la he sentido.

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