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05-03-2013 |
La soledad.
Instrumento de muchas personas. A veces provocado por sus malas conductas, otras son propias de una naturaleza del propio espíritu, pues son pocas las que ocurre por circunstancias propiamente naturales.
Siempre ha habido un porque en cada circunstancia de la vida y del espíritu. Otras muchas son secuelas de un pasado construido dentro de su propia base.
Hay circunstancias donde la soledad hasta se muestra dulce y deseada, después de un largo proceso de estrés y poco tiempo para desconectar de toda las formas de envoltura agobiante, provocada muchas veces por exceso de trabajo, pero nunca confundir esta soledad, con lo que en realidad es, en cada situación.
Hay luchas tan intensas, y egoísmos tan aferrados, incluso posesivos, que pueden desembocar en una profunda soledad, solo por cada estado que ha sido provocado a lo largo de toda una vida. Vuestra vida.
Hay momentos, donde el espíritu desea evadirse de tanta opresión, buscando lugares o momentos de soledad para descansar o relajar su mente, y llenarse de tanta luz y paz como necesita, para seguir día a día caminando el sendero que tiene por delante.
Pero también daros un tiempo para socorrer a tantas personas que rodeadas de multitud de gente se sienten abandonadas, envueltas en una gran tristeza llamada soledad. Todas estas personas no siempre están solas, muchas de ellas incluso rodeadas de mucha gente, pero su espíritu se ve envuelto en muchas ocasiones atrapado en una gran tristeza llamada soledad.
A todas las personas, a todos mis hermanos, os quiero llenar ese espíritu, de una gran esperanza y alegría.
Buscar siempre la sencillez de las cosas, amar como realmente sois amados, pues aunque vuestra tristeza sea grande, no olvidar que el amor os inunda y envuelve en todo momento, no decaer nunca aun en los peores y grandes momentos Dios no os abandona, la luz del amor siempre es repartida, sois vosotros con un gran esfuerzo de confianza que tenéis que estar siempre en esa sintonía de alegría y bien estar. La soledad es buena según sea aprovechada, pero nunca dejar que sea amarga.
Sobre todo no dejar que nadie la sienta dentro de su corazón, y para eso esforzaros en dar una sonrisa y una mirada de luz y amor. A veces una pequeña palabra llega y envuelve, dando fuerza y luz a ese corazón sumergido en esa tristeza de soledad.
Hermanos, luchar y amar, vencer la tristeza que os lleva a esa soledad del espíritu. Anidar y brotar la ilusión, con una fuerte esperanza para que seáis felices, pues para eso habéis sido creados.
Fuerza y luz.