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17-09-2011 |
Un mundo más elevado.
Que grande y hermoso lugar yacía yo en el. Eran tiempos muy felices, en donde la paz y la calma eran compañeros del hombre.
Éramos lugareños, de un lugar en donde la libertad era nuestra mayor aliada, las reverencias estaban apartadas, los buenos modales salían del corazón como imanes.
Porque la vibración de nuestros pensamientos así nos lo hacía sentir. Esa paz que llenaba los corazones, era la que nos daba la armonía. Una paz interior inigualable a nada más.
El viento acariciaba el rostro y lo transportaba con melodías hacia la divinidad, la lluvia era como pétalos, bañando nuestros rostros con unas caricias confortadoras.
La alegría se respiraba por doquier, los niños correteaban y jugaban sin ninguna maldad, pues como ya he dicho eran las vibraciones del pensamiento las que envolvían al espíritu, haciéndole libre en armonía y paz.
La belleza era nuestra compañera, el amor nuestro aliado en el sentimiento del bien. El hombre que llegaba aquel lugar era transformado, sacando todo lo bueno y todas las virtudes en el.
En todos los lugares era la paz y el amor como ya os he dicho e intento transmitiros. En el lugar en donde vivís llamado tierra, hay pocos lugares en donde podáis respirar esta armonía y equilibrio.
Pues las vibraciones que habitan en el, no os lo permiten. Solo cuando os retiráis en algún lugar, como el mar o la montaña donde no hay nadie, apenas podéis respirar unas migajas de esa paz.
Otras veces, también las lográis entrando dentro de vuestro interior con el pensamiento en el Padre. Las vibraciones de este planeta son muy pesadas, en donde la vanidad y el egoísmo reina en todo momento.
Hermanos; desde el lugar de donde os hablo, llegara el momento en que el hombre con buena voluntad y amor podrá alcanzar. Os toca vivir con todas estas dificultades, que hay en este planeta en donde habitáis.
Practicar el bien y el amor salido de vuestro corazón, pero hallar la paz interior y darla a vuestros hermanos más desventurados.
Luchar contra todas esas vibraciones pesadas, que habita a vuestro alrededor y amar, amar para que poco a poco logréis las cosas mejor y el progreso en el bien, pueda ser alcanzado.
No perdáis la esperanza en ningún momento y recordar que la lucha interna hacia el bien, será lograda.
Con todo el amor os dejo, un hermano que desea que la paz inunde los corazones y los espíritus se eleven hacia el progreso de la humanidad, en el bien.
No olvidar de vibrar con amor y dejar la oscuridad apartada. Que la luz os guié y acompañe en todo lugar y el amor sea vuestro compañero de viaje, en este planeta llamado tierra.
Con amor y luz.