Mensaje recibido el día: |
10-09-2012 |
La vanidad del ser humano.
En todos los tiempos ha existido el poder de unos, la pobreza de otros, que sometidos a sus leyes egoístas, plantadas algunas bajo un mandato del mismo poder.
El hombre en su proceso de construcción humana hacia el bien, ha sido frenado y torturado haciendo de él en muchos casos seres inútiles, apartados de toda oportunidad de progreso.
Todo esto debido a la gran vanidad de muchos, llevando a otros a grandes guerras y destrucción.
El hombre siempre sometido a verdugos del ayer y aun de hoy. Siempre frenando oportunidades renovadoras para su crecimiento en el bien.
Este proceso de vanidad debe de cambiar, debe de ser dejado y llevado en el tiempo, para dejar brotar otros sentimientos de mas nobleza, y así poder dar un salto hacia la evolución de todo espíritu, de todo hombre que habita en la tierra la cual debe ya dejar el llanto de sus propios errores y faltas.
Todo proceso de evolución merece un rescate de deudas atrasadas, llevadas hacia el bien y no hacia el mal, para poder radicar y arrancar toda la vanidad que existe y no os deja avanzar.
Muchos espíritus que habitáis la tierra sentís el deseo dentro de vuestro interior de llevar a cabo esa evolución que os pide vuestro espíritu.
Todo eso es evolución dentro de vuestro interior, dentro de vuestro ser divino de cada uno que es la misma esencia pura de Dios.
Hay muchos espíritus que anhelan y desean cambiar, arrancar de raíz la vanidad de este mundo, de cada uno.
Por ahí se debe de comenzar, dentro de cada uno, y el progreso unificado serán brotes de fuerza y manantial de luz hacia todos los demás. Cubriendo poco a poco la faz de la tierra. Muchos se dirán y preguntaran como, y hasta lo verán imposible. ¡No! Nada es imposible, pues todos los guías ya os estamos preparando.
Abrir vuestra mente para que podamos penetrar y os podamos ayudar. El bien es la luz que trabaja hacia la evolución, el mal muere siempre cuando la luz brilla.
Recordar que solo por amor fue creado todo espíritu, por amor y hecho de la misma esencia de Dios.
Pero el hombre con su vanidad creyó ser más grande que nadie en el universo, abandonando la esencia de la que posee, abandonando la humildad y el amor.
Creer que todo espíritu que anhela el crecimiento en el bien será ayudado para alcanzarla.
Todos sois ayudados, pero el brote sincero dentro de vuestro corazón llega al Padre y hace creceros en esa esencia divina de amor.
Paz hermanos, luchar y amar en el bien, pero sobre todo destruir la vanidad que no os deja avanzar.