SOÑAR, AMAR, VOLAR.
Qué grandes palabras, mágicas y libres.
Soñadora es el espíritu que vuela por espacio y tiempo encontrándose el amor, carga con su vuelo, lo mantiene y reparte emocionado. Es feliz, muy feliz, sus sueños, los convirtió, los realizo, porque el alma es libre y donde pone el deseo de su corazón ella vuela y allí pone su amor.
Comprende porque ya creció, ya comprendió que solo fue la falta de amor la que en otro tiempo no le permitió realizar el vuelo.
Las palabras confunden, los hechos se realizan convirtiéndose en las pruebas, en las semillas.
Ella reparte, alza su vuelo y en cada siembra pone, hace y marcha, no espera, porque sabe que en el tiempo todo se crea, ya no le preocupa que habrá, que saldrá, su espíritu puso amor lo demás es cosa hecha.
Sueña en un bosque, pierde la huella, pero confía y ella vuela, allí donde pone su corazón sabe que brotara la semilla del amor.
Adiós mi estrella, le cantan diciendo con amor, y en el firmamento ve brillar con esplendor, él, la luz que poso su corazón, en el tiempo y espacio aquello que dejo sembrado perdura y permanece dentro de su corazón.
Ser pues estrellas hermanos repartiendo luz y amor por los senderos de vuestra evolución, para dejar semillas de amor que el tiempo y espacio dejara brotar, crecer, anidar luz en vuestro corazón y el de los demás.
Con amor y luz los hermanos de la caridad, donde viven y brotan dejando las semillas de amor y libertad.
19 – 9 – 2017