Mensaje recibido el día: |
21-04-2011 |
El amor que inunda a los demás.
Cuando buscamos nuestro interés apenas saboreamos el don de amar y entrega hacia los demás.
Como gotas de rocío que bañan las rosas, como perfume de las flores, llevan y llevan unas tras otras las dulzuras del amor y entrega.
Suave luz que baña y riega con fuerza resplandeciente, donde existe oscuridad cualquier pequeña gota de resplandor enriquece y alivia.
La suave brisa que acaricia el rostro alivia y descansa el alma atosigada.
Lluvia, rocío, viento, campanas al vuelo redoblan y suenan con alegría, paz, amor y consuelo al hermano desvalido. Fuente de agua viva, donde descansas en el camino.
Cada una de todas estas cosas alivia el alma, cansada y destrozada muchas veces por falta de cariño. El hombre anhela un suave trozo de calor y ternura.
Cada uno de vosotros hermanos anheláis la felicidad, buscáis y buscáis muchas veces desorientados sin ver mas allá de lo que tenéis delante.
Amor repartido hacia los demás, fuente de agua viva donde el sediento calma su sed. Prepararos con actitudes nobles para que seáis fuente y luz de amor. Entrega hacia el hermano.
Todo se consigue detrás de un proceso de evolución, en donde desterrados todos los sentimientos de egoísmo; hay un gran proceso de evolución y son desterradas todas las materias groseras que envuelven al espíritu.
Entonces comienza una nueva etapa de enriquecimiento, en donde podemos dar esa luz divina que llevamos, darla y enriquecer a los demás.
Es entonces cuando damos sin pedir nada y nuestros hermanos son felices con solo nuestra presencia, es entonces cuando estamos dando y recibimos mucho más.