Mi querida Judit, la luz de mi alma.
Hoy puedo volver a hablar, o contactar contigo, se lo desgarrada que te sentiste al anunciarte mi muerte, todo el dolor que causaron con mi desencarne.
Si, siento esa gran tristeza, que sentiste en ese instante, sé que yo no era consciente en ese momento, yo estaba en turbación. Yo lo he podido ver y sentir, eres mi luz, mi amor y quiero decirte que te sigo adorando. Te mando muchísima fuerza.
Hoy he visto que con el paso del tiempo, pudiste poder sentirte otra vez feliz, en brazos de ese hombre tan increíble, no guardo ningún rencor, ni a ti ni a nadie, que me hizo o hiciera daño. Tan solo sé que el padre ha hecho lo correcto para que volvieras a ser feliz, un nuevo amor una nueva esperanza, tan solo te quiero decir que el camino es recto aunque a veces lo veamos torcido o hasta incluso roto, no es así son las pruebas que tenemos que pasar, para poder crecer, no son siempre cosas buenas y siempre andamos pendientes tal vez de absurdas inquietudes, nos ponen pruebas pequeñas que no logramos pasar, pero las grandes las pasamos siempre, eso es bueno ya que no podemos estar alejados de la vida y de las demás gentes.
Yo siempre te recuerdo, no quiero que te sientes mal. Estoy feliz he comprendido que tendremos otra vez la ocasión de poder estar juntos, pero mientras tanto debemos hacer feliz a quien esté a nuestro alrededor. No podemos estar muertos si en realidad estamos vivos. Tú ya me entiendes. Crece y ampara a todo el mundo es lo correcto que se ha de hacer, la vida es un suspiro, en realidad es el comienzo de un nuevo amanecer para otras vidas. Queda en paz y te deseo un mundo lleno de ilusión, amor al prójimo, queda en paz.