Un paisaje de invierno dibujaría en mi alma, mi alma marchita por el tiempo.
El dolor me corroe recorriendo mi cuerpo, este que por los años ya marchita.
En el encuentro está inspirado mis sueños, ya falta poco muy poco para mi encuentro.
Atada estoy en esta cama, prisionera mi cuerpo, pero no mi alma. Ella vuela y vuela siempre espera, ella no siente dolor solo es mi cuerpo.
Por la noche camino y en la madrugada te anhelo, pero te espero.
Busco y no encuentro, hayo y me pierdo, espera mi amor que pronto muy pronto llega tu encuentro.
¡Hay vida! Que poco me queda. Hoy recibo con alegría esa esperanza que me mantiene viva, viva de recuerdos y sueños.
Mañana, hay mañana que espero.
Envuelta en mis sueños voy flotando cargada de muchos recuerdos, unos buenos, otros perdidos y otros flotan conmigo.
Y en la noche estrellada yo te encuentro, hay mi suspiro cuantos recuerdos.
Pase una vida amándote y hoy te encuentro, solo he de atravesar ese puente tan estrecho, hoy mi amor vuelvo y regreso, y aquí postrada solo vivo de recuerdos, esos que mi mente ya va borrando, pero no mi espíritu.
Y en la noche estrellada sé que no te pierdo. ¡hay mi amor! Qué recuerdos.
Mi cuerpo duele, mi alma crece, ya perdida no me siento, sé que estas, sé de ti, sé de tu amor, sé de tu presencia.
Hasta pronto mi amor, hoy y mañana vuelvo hasta que un día ya no regrese a mi cuerpo.
¡Hay amor! Cuanto te anhelo. Cuanto amor siento…
Y en la noche perdida sé, que no me perderé, porque sé, que tu estarás ahí conmigo ayudándome a emprender el vuelo, de tu mano me cogeré y por caminos de sueños contigo volare. Solo el amor de compañero.
Hasta pronto mi amor.
Aún conservo tu recuerdo…
Espíritus que siempre se aman y nunca se separan pues uno y otro se atraen por la fuerza de sentimientos transformados en AMOR.
Cuidar y trabajarlo.
Luz
14 – 5 – 2018
Templanza